"No encuentro una manera simple y fiel de escribir. Cambio de tinta, de papel, de color de papel. Escribo llorando. Escribo riendo. Escribo contra el frío y el miedo. En vano: algo me acecha. Alguien me expulsa de mí. Ya no tengo nada que decir. Ni siquiera quejarme de ello. El silencio destruyó lo que se había propuesto: quedan algunos poemas como huesos de muerto. Poemas que no entiendo, que labro y modifico en mis noches de miedo. Se ha perdido el significado de la palabra más obvia".